Vegetaciones en la Nariz (Adenoides): Qué son, síntomas y tratamientos

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Las vegetaciones, conocidas en el ámbito médico como adenoides, pueden pasar desapercibidas… hasta que empiezan a dar problemas. Son frecuentes en la infancia y, cuando crecen más de la cuenta, afectan a la respiración, el sueño y hasta al desarrollo facial de los más pequeños.

Este artículo explica qué son las vegetaciones, por qué pueden agrandarse, qué síntomas provocan y cómo se tratan, todo con un lenguaje accesible y con rigor médico.

¿Qué son las vegetaciones (adenoides)?

Las vegetaciones adenoideas son una masa de tejido linfático situada en la parte posterior del conducto nasal, justo detrás de la nariz y sobre el paladar blando. Su función es colaborar con el sistema inmunológico atrapando microorganismos como bacterias y virus al ser inhalados o ingeridos.

Este tejido es especialmente activo durante la infancia, ya que el sistema inmunológico del niño se encuentra en pleno desarrollo. Sin embargo, con el paso del tiempo, las vegetaciones suelen reducirse de tamaño y pueden incluso desaparecer durante la adolescencia.

¿Por qué se agrandan las vegetaciones?

El crecimiento excesivo o hipertrofia adenoidea es una respuesta del cuerpo a estímulos repetitivos, como infecciones respiratorias o alergias. Este agrandamiento puede llegar a obstruir las vías respiratorias, dificultando la respiración nasal y afectando la calidad de vida del niño.

Algunos factores que pueden provocar el crecimiento de las vegetaciones incluyen:

  • Infecciones respiratorias recurrentes
  • Alergias estacionales o crónicas
  • Predisposición genética
  • Exposición a ambientes con humo o contaminantes

Síntomas del agrandamiento de vegetaciones

Cuando las vegetaciones crecen demasiado, los síntomas no suelen pasar desapercibidos, sobre todo por la noche. Entre los más comunes están:

  • Respiración constante por la boca
  • Ronquidos durante el sueño
  • Voz nasal o gangosa
  • Episodios de apnea del sueño infantil
  • Otitis media recurrente (infecciones de oído)
  • Nariz constantemente congestionada sin secreciones
  • Mal aliento y babeo nocturno

Uno de los signos más típicos es que el niño duerme con la boca abierta y ronca como un adulto, algo que no debería ocurrir a esas edades.

¿Cómo se diagnostican las vegetaciones?

Para confirmar si existe un problema con las vegetaciones, el especialista en otorrinolaringología (ORL) suele recurrir a varias pruebas clínicas. El objetivo es comprobar si el tejido adenoideo está agrandado y si está interfiriendo con la respiración o causando otras complicaciones.

Entre los métodos más habituales se encuentran:

  • Exploración física y repaso de los antecedentes médicos del paciente.
  • Endoscopia nasal: se introduce una pequeña cámara flexible por la nariz que permite visualizar directamente las adenoides.
  • Radiografía lateral del cráneo: útil para observar el tamaño de las vegetaciones y su posible obstrucción de las vías aéreas.
  • Estudio del sueño, en caso de que existan pausas respiratorias durante la noche o sospecha de apnea del sueño infantil.

Un diagnóstico precoz es esencial para evitar que el problema se cronifique y derive en complicaciones más serias, como infecciones repetidas, apnea o trastornos del desarrollo facial causando obstrucción nasal crónica, infecciones frecuentes o problemas para dormir correctamente.

Tratamientos disponibles: ¿siempre se necesita cirugía?

El tratamiento de las vegetaciones depende de la severidad de los síntomas y del impacto en la salud del paciente.

Tratamiento conservador

En casos leves, el especialista puede optar por:

  • Seguimiento periódico
  • Uso de descongestionantes nasales (por tiempo limitado)
  • Lavados nasales con suero fisiológico
  • Tratamiento de las alergias (si son un factor)
  • Antibióticos en caso de infecciones asociadas

Cirugía: Adenoidectomía

Cuando los síntomas persisten o hay complicaciones frecuentes como otitis, apnea del sueño o infecciones recurrentes, se puede indicar una adenoidectomía (extirpación quirúrgica de las adenoides).

Esta intervención es rápida, ambulatoria y generalmente segura. Se realiza bajo anestesia general y la recuperación suele ser completa en pocos días. Es habitual que se realice junto con una amigdalectomía si las amígdalas también están agrandadas.

¿Qué ocurre si no se tratan?

Ignorar el crecimiento de las vegetaciones puede llevar a complicaciones importantes:

  • Alteraciones en el desarrollo facial por respiración oral prolongada
  • Trastornos del sueño (apnea, despertares nocturnos)
  • Dificultades de aprendizaje por mala calidad de sueño
  • Infecciones de oído crónicas que pueden afectar la audición

Es fundamental que los padres consulten al pediatra o al otorrino si notan alguno de estos síntomas de forma repetida.

¿Las vegetaciones desaparecen solas?

En muchos casos, sí. Las vegetaciones comienzan a disminuir de tamaño alrededor de los 7 a 10 años y pueden desaparecer por completo durante la adolescencia. No obstante, si están causando complicaciones, no se recomienda esperar sin tratamiento.

Este conocimiento no solo es relevante para los profesionales de salud, sino también para cualquier padre que quiera entender cómo funcionan las defensas naturales de su hijo y cuándo es el momento de actuar.

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