Puede que el término «atelectasia» no suene familiar, pero sus efectos se sienten con fuerza. Hablamos de una condición médica en la que uno o varios lóbulos pulmonares colapsan, dificultando la entrada de aire y reduciendo la oxigenación del cuerpo. Y aunque suene alarmante, la buena noticia es que la fisioterapia respiratoria puede marcar un antes y un después.
La imagen es clara: piensa en tus pulmones como globos. Cuando se desinflan, el cuerpo deja de recibir el oxígeno que necesita. Y ahí es donde entra en escena la fisioterapia respiratoria, una disciplina especializada que, con técnicas concretas y muy estudiadas, ayuda a «reinflar» esos globos y devolverle al cuerpo la capacidad de respirar con normalidad.

¿Qué es exactamente la atelectasia?
En términos sencillos, la atelectasia es el colapso parcial o total de una parte del pulmón. Esto provoca una caída en el nivel de oxígeno que pasa a la sangre y puede derivar en complicaciones como infecciones pulmonares o una respiración entrecortada. Las causas más comunes incluyen:
- Infecciones respiratorias como la neumonía, que inflaman los tejidos y dificultan la expansión pulmonar.
- Cirugías mayores, especialmente torácicas o abdominales, que reducen el movimiento del tórax y la profundidad de la respiración.
- Falta de movilidad, especialmente en personas mayores o pacientes encamados, lo que impide una ventilación adecuada.
Detectarla a tiempo es vital. Las radiografías o tomografías (TAC) suelen ser las herramientas clave para confirmarlo. Pero lo realmente determinante viene después del diagnóstico.
La fisioterapia respiratoria, una herramienta muy útil
Recuperar el aliento —literalmente— no es tarea sencilla. Por eso, el fisioterapeuta respiratorio actúa como guía y apoyo en este proceso. No solo ayuda a tratar la atelectasia cuando ya ha aparecido, sino que también juega un papel esencial en su prevención.
Entre las técnicas más utilizadas destacan:
- Ejercicios de expansión pulmonar, que buscan abrir las zonas colapsadas del pulmón mediante respiraciones profundas y controladas.
- Técnicas manuales, en las que el fisioterapeuta aplica presión o moviliza el tórax para facilitar el flujo de aire.
- Drenaje de secreciones, que ayuda a eliminar mucosidades acumuladas, permitiendo la entrada limpia del aire.
Y no es todo. También se utilizan herramientas como el Cough Assist, un pequeño aparato que ayuda a la expansión pulmonar mediante la entrada y salida de aire controlada. Suena sencillo, pero es muy eficaz para mejorar la capacidad pulmonar y motivar al paciente.

Más que tratamiento: prevención y calidad de vida
Aunque muchos relacionan esta terapia respiratoria con la recuperación tras una enfermedad, su utilidad va mucho más allá. Incorporar ejercicios respiratorios a la rutina diaria puede ser clave para mantener los pulmones en forma, sobre todo en personas con riesgo de desarrollar atelectasia. Es un enfoque que va de la mano con la prevención y la rehabilitación a largo plazo.
Los fisioterapeutas no solo aplican técnicas; también hacen seguimiento, adaptan los ejercicios al progreso de cada paciente y ayudan a evitar recaídas. Es un proceso personalizado tiene un impacto directo en la calidad de vida.
La ciencia lo respalda
Hay evidencia científica que avala la fisioterapia respiratoria para reducir el riesgo de complicaciones postoperatorias, como infecciones pulmonares. Y dispositivos como el espirómetro incentivado no solo mejoran el flujo de aire, sino que también aumentan la implicación del paciente en su propia recuperación.
Un caso que da esperanza
María, una mujer de 65 años, es un ejemplo vivo del impacto positivo de esta terapia. Tras una neumonía que derivó en atelectasia, se vio limitada incluso para caminar unos pasos sin fatigarse. Su fisioterapeuta diseñó un plan que combinaba técnicas manuales, ejercicios de expansión y sesiones con el espirómetro.
En solo dos semanas, María recuperó parte de su capacidad pulmonar y, lo más importante, su confianza. Volvió a salir a pasear, disfrutar del deporte y a respirar sin miedo.
Así que si tú, o alguien cercano, se enfrenta a dificultades respiratorias, no lo dejes pasar. Un fisioterapeuta especializado puede marcar la diferencia. Porque a fin de cuentas, respirar bien no debería ser un lujo.