Cuando hablamos de otitis, conviene distinguir bien entre la otitis interna y la externa: comparten nombre, pero poco más. La primera se cuela hasta el oído interno y puede desatar mareos, vértigo y pérdida auditiva; la segunda se queda en la puerta —el conducto externo— y se gana el apodo de oído de nadador. Parece mentira lo fácil que es pasar de un chapuzón veraniego a un dolor agudo que te deja sin ganas de nada.

Otitis interna
La otitis interna, siendo la más común la otitis media, aparece normalmente tras una infección viral o bacteriana que se aprovecha de un resfriado mal curado. Entre sus sintomas más comunes están:
- Pérdida auditiva temporal o, si se complica, permanente.
- Tinnitus: esos pitidos que parecen Morse, pero sin mensaje claro.
- Fiebre, señal de que el cuerpo está en plena batalla.
- Mucosidad en nariz y garganta.
- Un dolor de oído muy punzante
El diagnóstico a través de un médico otorrino combina exploración con otoscopio, audiometrías y, si hace falta, una resonancia. Cuanto antes se detecte, mejor: evitarás dañar de forma irreversible el oído interno.
Tratamiento de la otitis interna
Antibióticos cuando manda la bacteria, corticoides para bajar la inflamación y lavados nasales para quitar el exceso de mucosidad.
Como refuerzo al tratamiento médico, la fisioterapia respiratoria puede jugar a tu favor: al mejorar la ventilación nasal y favorecer la apertura de la trompa de Eustaquio mediante ejercicios de soplo y drenaje mucociliar, contribuye a aliviar la presión que repercute en el oído interno y acelera la recuperación. Descubre en detalle estas técnicas en nuestro apartado de fisioterapia para otitis.
Otitis externa: el clásico oído de nadador
La otitis externa es menos dramática, pero suficiente para fastidiar las vacaciones. El agua que queda atrapada, los productos de higiene agresivos o una limpieza excesiva pueden irritar la piel del conducto y abrir la puerta a bacterias y hongos.
- Dolor intenso que aumenta al tirar del pabellón auricular.
- Picor desesperante.
- Secreción acuosa o con pus y, a veces, mal olor.
- Pérdida de audición (Hipoacusia) temporal por la inflamación.
- Enrojecimiento y edema visibles con un simple espejo.
El médico, con un vistazo al otoscopio, suele tenerlo claro. Si hay exudado, se puede tomar una muestra para saber qué germen anda de fiesta.

Tratamiento de la otitis externa
Gotas antibióticas o antifúngicas directas al canal, analgésicos orales y mucha paciencia. Mantener el oído seco es medio trabajo hecho; los tapones a medida son un salvavidas silencioso.
Causas que conviene tener en cuenta
- Otitis interna: infecciones respiratorias, anatomía predisponente (trompas de Eustaquio cortas), respiración oral, alergias, estrés y fatiga que bajan defensas.
- Otitis externa: exceso de humedad, irritantes químicos, limpieza agresiva que arrasa el cerumen —nuestro escudo natural— y microlesiones por bastoncillos.
Síntomas cara a cara
Síntomas | Otitis interna | Otitis externa |
---|---|---|
Mareos/Vértigo | Posibles | No |
Dolor al tacto | Habitual | Frecuente |
Tinnitus | Habitual | Poco común |
Secreción | Frecuente | Habitual |
Fiebre | Posible | Rara |
Cómo prevenir las otitis sin volverse loco
- Seca bien los oídos tras nadar o ducharte; inclina la cabeza y deja que la gravedad haga su trabajo.
- Evita productos irritantes: mejor champús y geles hipoalergénicos si sueles padecer infecciones.
- Di no al bastoncillo: el cerumen protege; retirar lo justo es suficiente.
- Refuerza tu sistema inmunitario con dieta equilibrada, descanso y control del estrés.
- Usa tapones específicos si pasas horas en la piscina o el mar.
- Revisa tu audición cada cierto tiempo, sobre todo si repites episodios.
- Lavados nasales para evitar que se acumulen los mocos.
Cuidar tus oídos es casi tan importante como cuidar la vista: solo tienes dos y no admiten recambio fácil. Un diagnóstico a tiempo —y, si encadenas episodios, un plan de fisioterapia respiratoria— es clave entre un susto y un problema crónico. A fin de cuentas, esos pequeños órganos guardan las canciones, las risas y los silencios que dan banda sonora a tu vida. Mímalos; y si necesitas ayuda, contáctanos para valorar tu caso.